Harry Fuld (Frankfurt 1879- Zürich, 1932) fue un empresario germano y gran coleccionista de arte, que hizo fortuna con una empresa dedicada al alquiler de telefonía. Descendía de una familia de anticuarios, cuyo establecimiento, Antiquitätenhändlers Goldschmidt, estaba radicado en Frankfurt, de lo cual hubo de provenir su interés por el coleccionismo artístico. Si bien su principal dedicación profesional estuvo centrada en su exitosa compañía de comunicaciones H. Fuld & Co.
Al igual que otras grandes fortunas y colecciones de arte judías, sus herederos –sus hijos Harry y Peter, así como su viuda, Lucie Mayer-Fuld– hubieron de hacer frente a la persecución y expolio nazi.