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Título

Alizar procedente del palacio de Curiel de Duero. Dragón y guerrero

Objeto
Alizar
Siglo
Finales del s. XIV
Contexto cultural / estilo
Reinos hispanocristianos. Baja Edad Media. Mudéjar
Dimensiones
48,5 x 146 x 5 cm.
Materia
Madera
Técnica
Témpera
Procedencia
Palacio de los Zúñiga (Curiel de Duero, Valladolid, España)
Emplazamiento actual
Princeton University Art Museum (Princeton, Estados Unidos)
Número de inventario en colección actual
y1958-27
Historia del objeto

Este es alizar con la escena de: Dragón y guerrero, es uno de los conservador por el museo de arte de la Universidad de Princeton procedentes del palacio de Curiel de Duero (Valladolid). Al igual que otras piezas del mismo catálogo que ilustran escenas tales como: Jinete y dragón; Armas de Castilla y León; Mujer y motivo heráldico; Jinete, guerrero, hombre salvaje; Hombre y mujer; Hombre luchando con ave, amantes, luchadores; Jinete, monstruo y guerrero; Joven y toro; Pareja, hombre luchando con oso, dos mujeres luchando.

El palacio del que fuera nombrado Justicia Mayor de Castilla por Juan I, Diego López de Zúñiga, se convirtió en uno de los damnificados por la bancarrota de la casa de Osuna en el siglo XIX. En 1860 el inmueble fue comprado por Indalecio Martínez Alcubilla, quien unos años después editó un folletín bajo el título: Memoria histórica-descriptiva del antiguo palacio-fortaleza de Curiel (Martínez Alcubilla 1866). En él daba pistas claras de su interés por el monumento, pues tras glosar la belleza de sus artesonados y yeserías, llamaba la atención de los responsables públicos para que adquirieran el palacio: “Fijemos nuestra vista en los países extranjeros y especialmente en Francia e Inglaterra que custodian con gran esmero y cuidado sus antiguos monumentos y procuraran enriquecer sus museos con preciosidades artísticas de todos los géneros, recogiendo y pagando con estimación antiguallas que nunca debieron salir de su patria” (Martínez Alcubilla, 1866).

Unos años después, en 1907, los ricos artesonados de la residencia mudéjar eran descritos en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones: “De figuras variadísimas son las artesonadas techumbres de algunas cámaras de aquel Palacio: escudos de Castilla y de León, caprichosos pájaros, flores, triángulos cruzados, círculos, líneas, todo de delicada labor y de colorido brillante […] ¡Qué contraste entre aquella preciosidad, y las estancias convertidas en no muy pulcros palomares donde anidó o anida la dulce y amorosísima ave! ¡Qué contrate entre aquel bello y deleitable aposento, y el techo de la segunda galería todo él casi destruido por las aguas, astilladas las polícromas tablas, agrietados los muros, derruyéndose, pulverizándose! ¡Qué contraste entre la labor maravillosa del alarife musulmán y el horno de adobe hecho en lo que fue grande y valiosísimo salón! […] hoy, desdichadamente, se ha trocado en ruinoso caserón y en vulgar depósito de cereales, merced al ultraje de los hombres, más que a la falta de piedad de la Madre Naturaleza” (Hernández Alejandro, 1907).

Dos factores destacaban en tal crónica: la belleza y valía de sus techumbres, y el deplorable abandono que sufría el que en su día fuera tan noble conjunto. Lo cierto es que Martínez Alcubilla no alcanzó su pretensión de que el Estado comprara el palacio y acabó vendiéndolo a Agustín Yagüe, con quien llegaría la ruina definitiva del conjunto. El nuevo propietario convirtió tan rico edificio en una cantera de materiales para la venta. Poco tardó en llegar a la prensa la oferta de venta, como material de derribo, de todo cuanto había en el edificio y podía interesar a coleccionistas y particulares. Resulta llamativo en este sentido el anuncio que publicó el diario El Norte de Castilla el 2 de noviembre de 1920 relativo a la venta de restos arquitectónicos procedentes del derribo del palacio de Curiel de Duero (Valladolid): “VENTA. Procedente del derribo del Palacio de Curiel, se venden en dicha villa maderas, puertas, ventanas, rejas y columnas de piedra. Para más detalles, dirigirse a don Agustín Yagüe. Hotel Moderno, Peñafiel” (Martínez Ruiz, 2008, pp. 319-324).

El anticuario Juan Lafora, radicado en Madrid, se hizo con techumbres procedentes de Curiel; a decir verdad, numerosos fragmentos de sus bellos techos acabaron dispersos en diversas colecciones a uno y otro lado del Atlántico: como la del Conde de las Almenas, subastada en 1927 en Nueva York; la colección W. R. Hearst; el alcázar de Segovia –en una de cuyas salas fue instalada una de las techumbres–; el Museo Episcopal de Vic (Barcelona)  –núm. inv. 7489, 12299, 1230, y probablemente 7360 –; la colección Soler i March de Barcelona –cuyos fragmentos, tras pasar por las manos del anticuario Adolph Loewi, acabaron recalando en el Museo de Arte de la Universidad de Princeton, como el ejemplo que nos ocupa–. El Museo Arqueológico Nacional conserva algunos aliceres de Curiel –núm. inv. 50742, 50758, 50759, 50765, 50766, 2014/35/1, 2014/35/2, 2014/35/3, 2014/35/5–. Nada quedó in situ del que fuera descrito como uno de los más bellos palacios mudéjares, por sus ricos salones decorados con armaduras, puertas con motivos de lacería, yeserías... Todo quedó arrasado, y lo que resulta más triste: fue liquidado como restos de una demolición (Martínez Ruiz, 2024).

* La localización relativa a marchantes, anticuarios, galerías de arte y coleccionistas, nos lleva al emplazamiento donde se hallaban radicados, o bien donde tuvieron una de sus principales sedes, esto no siempre indica que cada una de las obras que pasaron por sus manos estuviera concretamente en tal lugar, pues en el caso de anticuarios y marchantes su negocio extendía sus redes en diversos territorios; en ocasiones tan solo compraban en origen y remitían directamente la pieza a sus clientes. Por otro lado, algunos coleccionistas contaron con distintas residencias en las que albergaron su colección, a veces en distintos países; es difícil, en muchos casos, precisar dónde preservaron la obra mientras estuvo en sus manos, de ahí que se señale el emplazamiento principal del anticuario o del coleccionista. Circunstancias que han de ser tenidas en cuenta al interpretar el mapa. Véase en cada caso la historia del objeto.
Bibliografía
Responsable de la ficha
María José Martínez Ruiz
Cómo citar

María José Martínez Ruiz, "Alizar procedente del palacio de Curiel de Duero. Dragón y guerrero" en Nostra et Mundi. Patrimonio Cultural de Castilla y León en el mundo, Fundación Castilla y León, 2025. https://inventario.nostraetmundi.com/es/obra/274