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Este complejo residencial, actualmente conocido como Hearst Castle y gestionado por el Departamento de Parques de California, fue encargado por William Randolph Hearst(1863-1951) a la arquitecta Julia Morgan (1872-1957). Fue construido durante la década de 1920 y tuvo como objeto servir de residencia para el magnate y para quien entonces era su pareja, la actriz Marion Davies. Lo que en principio iba a ser un lugar en el que alojarse cómodamente durante sus escapadas de fin de semana desde San Francisco o Los Ángeles, acabó convirtiéndose en una extravagante construcción erigida en la que llamaba: La Cuesta Encantada (San Simeón, California), con vistas al océano Pacífico, en unos vastos terrenos heredados de su padre, George Hearst.
W. R. Hearst solía referirse a esta finca como el rancho, pero lo cierto es que su propósito de transformar este lugar en 1919 construyendo algo diferente, como así se lo manifestó a Julia Morgan: “wished for something a little different from what other people are doing in California”, dio pie a una fabulosa construcción que contó con un singular palacio (Casa Grande), para el alojamiento del magnate y su familia, así como para las reuniones y fiestas allí organizadas; contó también con otros cottages, en torno a aquella, destinados al alojamiento de sus invitados, además de dos piscinas (una cubierta y otra al aire libre), pistas de juego y un zoológico. A la erección y decoración de este conjunto destinó algunas de las obras de arte que Hearst adquirió por toda Europa (techos, puertas, ventanas, mobiliario, tapices, alfombras, rejas, pinturas, esculturas, piezas cerámicas...). Fue, sin duda, una de sus residencias más representativas, además de erigirse como uno de los referentes inexcusables del Spanish Revival Style en Estados Unidos, un estilo constructivo y decorativo muy en boga en esos años en las costas de California y Florida, principalmente. Se trata de un complejo residencial inspirado en la arquitectura y artes españolas en tiempos de la conquista americana. No en vano, ya la fachada exterior del edificio resulta elocuente: trata de recrear, duplicada en este caso, la torre-campanario de Santa María la Mayor de Ronda (cuya localidad Hearst apreciaba mucho por su belleza), así como la portada del palacio de los Duques de Arcos en Marchena, hoy instalada en los Reales Alcázares de Sevilla.
Todo ello fue magníficamente descrito, aun bajo la forma de una interesante metáfora fílmica, en la película de Orson Welles, Ciudadano Kane (RKO, 1941), donde Charles Foster Kane se convierte en el alter ego de William Randolph Hearst.