Resultados de la búsqueda
X
No hay resultados :(

Consejos de búsqueda:

Descripción

Los orígenes del yacimiento arqueológico de Herrera de Pisuerga se remontan al siglo I a.C., momento en el que se fundó un asentamiento militar (Pérez, 1996). Según Arribas y Pérez (2018), la necrópolis se ubicaba entre la ermita de Nuestra Señora de la Piedad, el antiguo mercado de ganados y el barrio de San Pedro. El yacimiento fue descubierto de forma accidental a principios del siglo XX durante la construcción de varias huertas de riego junto al río Burejo. No fue hasta los años 1931-1932 cuando se excavó la zona por Martínez Santa-Olalla, quien posteriormente (1933) publicó una memoria de los trabajos acometidos. Esta investigación gozó de gran importancia, puesto que fue una de las primeras en clasificar una necrópolis visigoda.  En total se hallaron 52 sepulturas (Fernández, 2020), de las cuales 16 contenían ajuares datados entre los siglos VI-VII. Numerosas piezas de los enterramientos fueron saqueadas a partir de 1908. Zeiss (1934) cita tres fíbulas, tres placas liriformes, una placa cruciforme y otra con una escena de Daniel en el foso de los leones (Ripoll, 1986). Sin embargo, Martínez Santa-Olalla (1933) afirmó que fueron muchas más piezas: "En esa treintena de años ha sido enorme la cantidad de objetos -casi dos sacos-, que de allí salieron, para perderse casi todos malvendidos por chamarileros". Las piezas pronto se dispersaron: algunas estuvieron en manos del anticuario Evencio López, en Burgos (Zeiss, 1934); otras fueron a parar a la colección de Simón Nieto (Palencia), quien legó sus bienes al Museo Arqueológico Nacional (Fernández, 2021); también estuvieron presentes en la colección de Gustav Steffens, en Colonia (Zeiss, 1934) y en la de Henry Walters (Baltimore).

Leer más