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Título

Última Cena

Clasificación genérica
Pintura
Datación
ca. 1129-1134
Siglo
Primera mitad del s. XII
Contexto cultural / estilo
Románico
Dimensiones
179 x 380
Materia
Lienzo
Técnica
Fresco
Iconografía / Tema
Última Cena
Procedencia
Ermita de San Baudelio de Berlanga (Soria, España)
Emplazamiento actual
Boston Museum of Fine Arts (Boston, Estados Unidos)
Número de inventario en colección actual
27.785a
Historia del objeto

s. XII-1922 Ermita de San Baudelio de Berlanga (Casillas de Berlanga, Soria)

1926 Londres, Gabriel Dereppe

1927 Nueva York

1927 Boston, Museum of Fine Arts

Descripción

La escena procede del ciclo de la vida de Cristo situado en la parte alta de los muros de la ermita mozárabe de San Baudelio de Berlanga (Casillas de Berlanga, Soria), construida a finales del s. XI y en la que ocupaba la mitad del espacio disponible de la pared de ingreso, estando acompañada por la representación de la Entrada de Cristo en Jerusalén (Indianapolis Museum of Art), que iniciaba el ciclo de la Pasión, el más extenso de la decoración mural. La orientación de la pared, al NW y a la luz del ocaso seguramente influyeró en la decisión de colocar estas escenas en ese lugar, mientras en el muro frontero, con orientación NE aparecían la Curación del ciego y resurrección de Lázaro (Nueva York, Metropolitan Museum of Art), escenas con la que se inicia el ciclo, y la propia resurrección de Cristo representada por las tres Marías ante el sepulcro.

La Última Cena está presidida por Cristo, flanqueado por cinco apóstoles a su derecha y seis a su izquierda, con san Juan dormido en su regazo, mostrando una clara disposición jerárquica, pues los dos apóstoles más ancianos flanquean a Cristo, reconociéndose a san Pedro, situado inmediatamente a la derecha de Jesús, por su calva. Judas aparece al otro lado de la mesa y en genuflexión mientras recibe el trozo de pan de manos de Jesús que lo identifica como el apóstol que lo va a traicionar. Todas las figuras están nimbadas, excepto la de Judas y la de san Juan, sin duda para no ocultar el rostro de Cristo. La disposición frontal de las figuras, su isocefalia, la repetición de la forma de los pliegues sobre la mesa (representados como si estuvieran dispuestos sobre una superficie vertical) así como la colocación a intervalos regulares de las fuentes con pescado (y no con cordero ni lechuga amarga o pan ácimo como especifica el relato bíblico) acrecientan la solemnidad de la escena y su carácter litúrgico.

Ese ritmo tan marcado aparece también en la vestimenta de los asistentes, alternando una figura con túnica roja y manto azul con otras que llevan túnica celeste y manto marrón o túnica roja y manto verde (san Pedro, san Juan y el penúltimo apóstol a la derecha del espectador), de la misma manera se alternan los colores de los nimbos, unos de un tono rosado y otros amarillos y por si esto fuera poco, a cada apóstol barbado le sigue uno imberbe. Los pies de los sentados a la mesa crean un patrón en zigzag que uniformiza la composición y cuatro de los apóstoles realizan un gesto similar, alzando el brazo y señalando con el índice a Cristo.

Pero a pesar de esta aparente monotonía el artista incluye una serie de detalles que animan la composición, que aparece ligeramente desplazada hacia la izquierda, disponiendo de más espacio los apóstoles situados a la derecha del espectador. Para romper la simetría el color de las túnicas que aparece debajo de la mesa no se corresponde con el de la parte superior de los protagonistas, pues Cristo muestra unas mangas rojizas pero una parte inferior de la túnica verde y además los apóstoles, con la excepción de san Pedro, giran sus cabezas como si hablaran entre ellos, mostrando la sorpresa que ha seguido al anuncio de la traición, tal como recogen los Evangelios. El fondo de la escena muestra bandas de diferentes colores, como ocurre en la miniatura mozárabe y en ciclos de frescos románicos como los de Tahull o Bagüés.

La datación de los frescos ha sido un tema muy debatido ya que para algunos autores el ciclo de la parte inferior de los muros sería anterior y mostraría una estética afín a las miniaturas mozárabes. En la actualidad se piensa que el ciclo se pintó en la primera mitad del siglo XII. La gran calidad de las pinturas murales de San Baudelio de Berlanga y sus puntos en común con las pinturas de la ermita de la Vera Cruz de Maderuelo (Madrid, Museo Nacional del Prado), han hecho pensar que fueron realizadas por un mismo taller itinerante que quizás hubiera trabajado antes en territorio aragonés y catalán, pues la crítica ha advertido también similitudes estilísticas con las pinturas de Tahull.

 

* La localización relativa a marchantes, anticuarios, galerías de arte y coleccionistas, nos lleva al emplazamiento donde se hallaban radicados, o bien donde tuvieron una de sus principales sedes, esto no siempre indica que cada una de las obras que pasaron por sus manos estuviera concretamente en tal lugar, pues en el caso de anticuarios y marchantes su negocio extendía sus redes en diversos territorios; en ocasiones tan solo compraban en origen y remitían directamente la pieza a sus clientes. Por otro lado, algunos coleccionistas contaron con distintas residencias en las que albergaron su colección, a veces en distintos países; es difícil, en muchos casos, precisar dónde preservaron la obra mientras estuvo en sus manos, de ahí que se señale el emplazamiento principal del anticuario o del coleccionista. Circunstancias que han de ser tenidas en cuenta al interpretar el mapa. Véase en cada caso la historia del objeto.
Bibliografía
Responsable de la ficha
Miguel Hermoso Cuesta
Cómo citar

Miguel Hermoso Cuesta, "Última Cena" en Nostra et Mundi. Patrimonio Cultural de Castilla y León en el mundo, Fundación Castilla y León, 2025. https://inventario.nostraetmundi.com/es/obra/209