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Título

Adoración de los Magos

Maestro de la Leyenda de Santa Catalina (Activo en Bruselas en el último cuarto del siglo XV)

Clasificación genérica
Pintura
Objeto
Pintura
Datación
a. de 1495
Siglo
Finales del s. XV
Contexto cultural / estilo
Pintura flamenca
Dimensiones
160 x 107 cm
Materia
Tabla
Técnica
Óleo
Procedencia
Cartuja de Miraflores (Burgos, España)
Emplazamiento actual
Iglesia de la Santa Cruz (Heiligkreuzkirche) (Binningen, Suiza)
Historia del objeto

Esta escena es una de las cinco que conformaban el tríptico de la Adoración de los Magos que presidió el altar del lado de la Epístola del coro de los legos de la iglesia de la cartuja de Miraflores, en Burgos. Este tríptico debió de ser desmantelado con anterioridad a la fabricación en 1659 de los actuales retablos barrocos de este espacio. Cuando Antonio Ponz visitó la cartuja en el siglo XVIII, señaló que, en el retablo del lado de la Epístola, se conservaban solo tres pinturas antiguas “en muy mal estado”. En efecto, para entonces la tabla central había sido sustituida por una copia del siglo XVII, anterior al retablo barroco (la tabla original, deteriorada, se colocó en una celda y, a partir de 1781, en la celda prioral), y es muy posible que, de las cuatro escenas de las tablas laterales, una se encontrase entonces en el reverso del ático, mirando hacia el coro de los monjes, por lo que pudo pasar desapercibida para Ponz. De esta manera, su reseña de solo tres pinturas antiguas sería correcta. El erudito castellonense proporcionó, además, un dato de la máxima relevancia sobre el conjunto pictórico original: “su costo ascendió a veinte y seis mil ochocientos y diez maravedís”. Este dato se relaciona con otro extraído de la documentación antigua del monasterio que dice lo siguiente: “1495: Se trajo de Flandes el quadro de la adoración de los Reyes, y se colocó en el Altar del coro de los Conversos. Costó 26.800 y 10 mrs.”. Con esta información, Didier Martens, en un trabajo publicado en 2001, pudo identificar brillantemente el conjunto, cuya pista se había perdido tras la Guerra de la Independencia, con un tríptico obra del anónimo bruselense denominado convencionalmente Maestro de la Leyenda de Santa Catalina que, a falta de una escena, había sido reconstruido por Christiane Deroubaix en 1978-79 (la escena restante fue identificada por Constanza Negrín Delgado en 1995).

El tríptico de la Adoración de los Magos del coro de los legos de la iglesia de la cartuja de Miraflores es, por lo tanto, una obra flamenca de importación, encargada, a buen seguro, ex professo por la reina Isabel la Católica, que llegó a Burgos en 1495, siendo instalado en el coro de los legos de la cartuja de Miraflores. Si bien las fuentes históricas lo sitúan en el altar del lado de la Epístola de este espacio, Martens piensa, basándose en el estudio de la luz de este tríptico y de su pendant el tríptico del Bautismo de Cristo de Juan de Flandes (para el que el tríptico que ahora nos ocupa sirvió de modelo), que el tríptico de la Adoración de los Magos estuvo inicialmente en el altar del lado del Evangelio.

De sus cinco composiciones (una grande en el panel central, que es la que confiere su nombre al tríptico, y dos superpuestas en cada uno de los dos paneles laterales), cuatro se conservan en museos e instituciones de Italia (Anunciación y Presentación de Cristo en el Templo), de Bélgica (Nacimiento de Cristo) y de Suiza (Adoración de los Magos) y solo una (Huida a Egipto) se conserva en una colección privada española de Las Palmas de Gran Canaria. Si bien el conjunto no se menciona entre las obras de la cartuja de Miraflores expoliadas por el general Darmagnac en 1810, en el contexto de la Guerra de la Independencia, el hecho de que al menos tres de ellas estén documentadas en Francia en el siglo XIX, seguramente desde fechas tempranas, invita a pensar que este general fue el responsable de su salida de España.

En cualquier caso, con respecto a la Adoración de los Magos no se tienen noticias con anterioridad a su aparición en el mercado de arte de los Países Bajos a mediados del siglo XX. En 1951 fue vendida por la firma Mak van Waay, de Ámsterdam, y, según el registro de la obra en RKD Research, habría pasado, asimismo, por las manos de la firma Frederik Muller & Co. (la otra firma de referencia del mercado de arte de Ámsterdam). Su comprador fue un coleccionista suizo, probablemente Carl Nathan-Rupp, que, en los años posteriores, consta como su propietario. Carl Nathan-Rupp, un banquero alemán asentado en Basilea que había adquirido la nacionalidad suiza, es más recordado por su faceta de coleccionista de relojes (a su muerte en 1980, su colección de relojes fue donada al Historisches Museum Basel). Desconocemos si fue por voluntad suya que la tabla de la Adoración de los Magos procedente de la cartuja de Miraflores acabó en la Heiligkreuzkirche de Binningen (cantón de Basilea-Campiña), una iglesia católica de esta localidad de la aglomeración urbana de Basilea: allí se la puede ver a la izquierda de la embocadura de la capilla mayor.

Disperso desde el siglo XIX, en 2009 todos los fragmentos del conjunto fueron reunidos de nuevo temporalmente en una exposición en M Leuven, el museo de Lovaina.

Descripción

La escena de la Adoración de los Magos presidía el tríptico, constituyendo su tabla central, tal y como lo ponen de manifiesto sus dimensiones y la deuda de este tríptico para con el famoso tríptico de la Adoración de los Magos de Rogier van der Weyden procedente de la iglesia de St. Kolumba de Colonia, conservado en la Alte Pinakothek de Múnich.

Si, en general, todas las escenas del tríptico pintado por el Maestro de la Leyenda de Santa Catalina para la cartuja de Miraflores de Burgos manifiestan una profunda deuda para con Rogier Van der Weyden, en el caso de la escena titular cabría hablar, incluso, de copia de su homóloga pintada para la iglesia de St. Kolumba de Colonia. En efecto, las diferencias para con el modelo son mínimas y son, sobre todo, el resultado del formato más estrecho del panel de Burgos. Las únicas diferencias significativas son la ausencia del donante representado en el extremo de la izquierda en el panel de Colonia, la ausencia del gran edificio representado en el extremo de la derecha en el panel de Colonia y, quizás la más importante, la ausencia del Crucifijo que Rogier Van der Weyden colocó, en una posición central, en la ruinosa arquitectura que da cobijo a la Sagrada Familia y a sus ilustres visitantes, referencia a la futura pasión de Cristo. Difiere, asimismo, el paisaje que se ve a través de esta arquitectura, que en el modelo es de carácter mixto, rural y urbano, y en la copia es más netamente urbano.

En todo caso, los cuarenta años transcurridos entre la realización del tríptico de Colonia y la realización del tríptico de Burgos se manifestarían, según Didier Martens, en las fisonomías de los personajes, en las que el estudioso belga propone reconocer una serie de criptorretratos relevantes en el contexto geoestratégico de finales del siglo XV, especialmente desde el punto de vista de la política matrimonial de los Reyes Católicos que se concretó en la embajada de Francisco de Rojas de 1493 que negoció las bodas del príncipe de Asturias Juan y de la infanta Juana con la archiduquesa María y con el archiduque Felipe, hijos del rey de romanos llamado a convertirse en emperador Maximiliano I. Así, el rey arrodillado sería el emperador Federico III (fallecido en 1493), padre de Maximiliano I, que representaría la ascendencia austriaca e imperial; el siguiente sería el duque de Borgoña Carlos el Temerario (fallecido en 1477), suegro de Maximiliano I, que representaría la ascendencia borgoñona; el siguiente sería el propio Maximiliano I, llamado a convertirse en consuegro de los Reyes Católicos, y, finalmente, el paje que le tiende una copa sería el archiduque de Austria y duque de Borgoña Felipe, hijo de Maximiliano I, que habría de convertirse en marido de la infanta Juana (y, finalmente, en rey de Castilla: Felipe I el Hermoso).

* La localización relativa a marchantes, anticuarios, galerías de arte y coleccionistas, nos lleva al emplazamiento donde se hallaban radicados, o bien donde tuvieron una de sus principales sedes, esto no siempre indica que cada una de las obras que pasaron por sus manos estuviera concretamente en tal lugar, pues en el caso de anticuarios y marchantes su negocio extendía sus redes en diversos territorios; en ocasiones tan solo compraban en origen y remitían directamente la pieza a sus clientes. Por otro lado, algunos coleccionistas contaron con distintas residencias en las que albergaron su colección, a veces en distintos países; es difícil, en muchos casos, precisar dónde preservaron la obra mientras estuvo en sus manos, de ahí que se señale el emplazamiento principal del anticuario o del coleccionista. Circunstancias que han de ser tenidas en cuenta al interpretar el mapa. Véase en cada caso la historia del objeto.
Bibliografía
  • DEROUBAIX, Christiane (1978): "Un triptyque du Maître de la Légende de Sainte Catherine (Pieter van der Weyden ?) reconstitué", Bulletin de l'Institut royal du Patrimoine artistique, vol. 17, pp. 153-174.
  • MARTENS, Didier (2010): Peinture flamande et goût ibérique aux XVème et XVIème siècles, Le Livre Timperman, Bruselas, pp. 37-39, il. 13.
  • MARTENS, Didier (2001): "Identificación del 'quadro' flamenco de la Adoración de los Reyes, antiguamente en la cartuja de Miraflores", VV.AA.: Actas del Congreso Internacional sobre Gil Siloe y la escultura de su época (Burgos, 1999), Institución Fernán González y Caja de Burgos, Burgos, pp. 71-89.
  • PONZ, Antonio (1783): Viage de España, vol. XII, Joaquín Ibarra, Madrid, p. 56.
Responsable de la ficha
Fernando Gutiérrez Baños
Cómo citar

Fernando Gutiérrez Baños, "Adoración de los Magos" en Nostra et Mundi. Patrimonio Cultural de Castilla y León en el mundo, Fundación Castilla y León, 2025. https://inventario.nostraetmundi.com/es/obra/326