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Título

Jarro de pico

Solís, Hernando de [atribuido a] (Activo en Valladolid en el primer tercio del siglo XVII)

Clasificación genérica
Platería
Siglo
Principios del s. XVII
Contexto cultural / estilo
Reinado de Felipe III
Dimensiones
19,4; 16 x 21,3 x 10,6 cm.
Materia
Plata
Procedencia
Valladolid (Valladolid, España)
Emplazamiento actual
The Metropolitan Museum of Art (Nueva York, Estados Unidos)
Número de inventario en colección actual
2009.227
Inscripciones / Marcas

 "OLIS" y marca de la ciudad de Valladolid.

 

Historia del objeto

Los jarros de pico tuvieron especial protagonismo en la platería española de la Edad Moderna. Su función era generalmente civil, pues se empleaban para verter agua, a fin de lavarse las manos, antes y después de las comidas; por ello, estas piezas solían ir acompañadas de una fuente que recogía el agua. Se trata de una tipología que gozó de especial fortuna desde mediados del siglo XVI y a lo largo del siglo XVII, y es una de las más emblemáticas de la platería española. En la documentación, este tipo de jarro de pico a veces aparece referido como "jarro aguamanil". En función de su procedencia, Valladolid o Sevilla, esta tipología presenta diferencias apreciables en el cuerpo, la base, el pico y especialmente en la forma del asa. Los jarros procedentes de Valladolid suelen contar con un asa con forma de siete (Cruz Valdovinos, 1996), como advertimos en esta obra. Ejemplares representativos se preservan, por ejemplo, en la colección del Palacio Real, en el Museo Lázaro Galdiano, en el Museo Arqueológico Nacional, en el Museo Nacional de Artes Decorativas, o en el Instituto Valencia de Don Juan (Madrid), además de otras piezas presentes en colecciones privadas (Montalvo Martín, 2000). Su uso decayó con la llegada de la dinastía borbónica a España, momento a partir del cual este modelo de jarro de pico fue reemplazado por el jarro francés cuyo estilo y forma eran diferentes. 

El elemento más destacado de estos jarros era el pico, de ahí su denominación, pues era donde se concentraba la decoración, como podemos apreciar en este bello ejemplar, en el que aparece un mascarón con forma de hombre barbudo. Este relieve cincelado recuerda la figura de un sátiro, por sus orejas puntiagudas, y su corona foliada. La pieza presenta el asa de siete, como en otros modelos vallisoletanos, además de un friso decorativo. Se trata de un bello ejemplar, con una cuidada decoración, caprichosa en el pico y sobria en el cuerpo. 

Una exquisita pieza, testimonio de la edad de oro de la platería hispana en tiempos de Felipe II y Felipe III, momento en el cual la ciudad de Valladolid contó con afamados maestros artesanos en el oficio de la plata, de cuyo recuerdo guardan testimonio las notables obras que aún atesora la ciudad, o el propio nombre de la calle de Platerías, en el corazón del centro histórico, cuya denominación aún rememora el esplendor de aquellos maestros plateros que nutrieron de suntuosas obras templos, monasterios y palacios, y que se convirtieron en fuente de provisión de la Corte de Felipe III, asentada en Valladolid entre 1601 y 1606.

De acuerdo a la información ofrecida por The Metropolitan Museum of Art, la obra formó parte de distintas colecciones privadas argentinas durante buena parte del siglo XX –en manos de la familia Keen hubo de estar entre 1930 y 2008, momento este último en el que salió al mercado–. En 2009 fue adquirida por el expresado museo, allí figura como crédito: Amigos de la Escultura y las Artes Decorativas Europeas, donación en memoria de Olga Raggio.

Descripción

La pieza presenta el asa de siete, como en otros modelos vallisoletanos, además de bandas decorativas en el cuerpo. Se trata de un bello ejemplar, con una cuidada decoración, caprichosa en el pico, que aparece vigorosamente ornado por el relieve de un hombre hombre barbudo, y sobria en el cuerpo, apenas acentuada en éste por las referidas bandas decorativas. El jarro aparece sobredorado en el mascarón, borde, bandas decorativas del cuerpo, asa y pie. 

En el interior del pie del jarro aparecen dos marcas, una de ellas permite reconocer las armas de la ciudad de Valladolid y otra, no completa, en la que se lee "OLIS" que lleva a sospechar que el artífice de la pieza pudo ser el platero Hernando de Solís. 

* La localización relativa a marchantes, anticuarios, galerías de arte y coleccionistas, nos lleva al emplazamiento donde se hallaban radicados, o bien donde tuvieron una de sus principales sedes, esto no siempre indica que cada una de las obras que pasaron por sus manos estuviera concretamente en tal lugar, pues en el caso de anticuarios y marchantes su negocio extendía sus redes en diversos territorios; en ocasiones tan solo compraban en origen y remitían directamente la pieza a sus clientes. Por otro lado, algunos coleccionistas contaron con distintas residencias en las que albergaron su colección, a veces en distintos países; es difícil, en muchos casos, precisar dónde preservaron la obra mientras estuvo en sus manos, de ahí que se señale el emplazamiento principal del anticuario o del coleccionista. Circunstancias que han de ser tenidas en cuenta al interpretar el mapa. Véase en cada caso la historia del objeto.
Bibliografía
Responsable de la ficha
María José Martínez Ruiz
Cómo citar

María José Martínez Ruiz, "Jarro de pico" en Nostra et Mundi. Patrimonio Cultural de Castilla y León en el mundo, Fundación Castilla y León, 2025. https://inventario.nostraetmundi.com/es/obra/425