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Título

Los desposorios de la Virgen con San José

Pereda y Salgado, Antonio de (Valladolid, 1611 - Madrid, 1678)

Clasificación genérica
Pintura
Objeto
Pintura
Datación
1640
Siglo
Contexto cultural / estilo
Contrarreforma católica
Dimensiones
600 x 385 cm
Materia
Lienzo
Técnica
Óleo
Iconografía / Tema
Desposorios de la Virgen
Emplazamiento actual
Iglesia de Saint Sulpice (París, Francia)
Número de inventario en colección actual
PM75001847 (Patrimonio mueble. Francia)
Inscripciones / Marcas

Bosarte vio la obra en su emplazamiento original, y allí, señaló: "En la primera grada del templo se lee en bien pintadas y abultadas letras la firma del autor: Antonio Pereda fecit, año de 1640". (Bosarte, 1804, p. 141).

Historia del objeto

El altar mayor del convento de San José de padres capuchinos de Valladolid, hoy desaparecido, estaba conformado por una sencilla moldura que acogía una única pintura, de grandes dimensiones, y con un tema iconográfico estrechamente vinculado a la advocación del templo: Los desposorios de la Virgen con San José. El encargo de este altar se concertó en Madrid en 1639, entre el maestro Pereda y el patrono del convento, el regidor Juan de Zamora Cabreros. Según la documentación recopilada por Fernández del Hoyo, este se comprometió a “hacer y poner a su costa en toda perfección y como mejor le pareciere ser conveniente un lienzo de pintura del glorioso patriarca S. Josef con su marco lucido y con el ornato que se requiere tenga para poner en el altar mayor de la dicha iglesia del dicho convento” (Fernández del Hoyo, 1998, p. 623).

Se trata de un lienzo que ha gozado de especial aprecio desde su ejecución, I. Bosarte en 1804 se refirió a esta obra como la mejor pintura que Pereda había creado en su trayectoria: "Con ser Pereda natural de Valladolid es poco lo que aquí se ve de su mano. Yo no he podido hallar mas que un quadro suyo; pero este de mas de veinte y seis pies de alto, y forma el altar principal de la iglesia de los Capuchinos en el Campo grande. Su asunto es los Desposorios de la Vírgen […] Creeré que sea esta su obra principal, así porque la hizo en su mejor tiempo, como por el empeño que dan á entender tomó en su composición y execución la hermosura y santidad de las cabezas, lo bien conducido de la historia, el tono y acorde general del quadro y su bella tinta. No es de maravillar que en obsequio de su patria echase el resto" (Bosarte, 1804, pp. 141-142). 

La azarosa historia que acabó propiciando su salida de España, y actual conservación en el templo parisino de Saint Sulpice, se inició en 1810, durante la invasión de las tropas de Napoleón. El lienzo fue expoliado por el general de artillería del ejército francés Jean-Baptiste Eblé (1758-1812), quien se encontraba bajo el mando del mariscal André Masséna. Una vez trasladada la pintura a París, tras la muerte del general, su viuda la donó en 1843 al templo de Saint Sulpice, en cuya sacristía fue instalado. (Urrea y Valdivieso, 2022, p. 188).

Fernández del Hoyo recogió diversas descripciones sobre el desaparecido convento de San José de Padres Capuchinos, en las cuales se prestaba singular atención a esta pintura. Es el caso, por ejemplo, de Matías Sangrador, en su Historia de Valladolid: “El tempo de los Capuchinos era, como todos los de esta orden, de pequeñas dimensiones; y se conservaban en él algunas pinturas de bastante mérito. Era la principal un cuadro de más de veintiséis pies de altura que ocupaba gran parte del retablo mayor, cuyo asunto era los Desposorios de Nuestra Señora, obra del distinguido pintor vallisoletano D. Antonio de Pereda…”. (Sangrador, 1851-1854, p. 294, Fernández del Hoyo, 1998, pp. 632-634).

El convento de San José fue derribado en 1860, así describió su final González García-Valladolid: “A la supresión de las Comunidades en 1841, el convento, iglesia y huerta quedaron de propiedad del Ayuntamiento, quien dedicó la última a vivero. En 1856 se acordó cederle a la empresa del Ferrocarril del Norte, para que se instalase en sus terrenos la estación, lo cual hizo el año 1857, y en 1860 fueron derribados la iglesia y el convento” (García-Valladolid, 1922, p. 129, Fernández del Hoyo, 1998, pp. 637-638).

Descripción

La mitad superior la la composición es ocupada por la representación de la gloria celeste presidida por Dios Padre, que marca el eje de simetría del lienzo. Sentado en su trono, define una perfecta línea vertical seguida por la presencia del espíritu santo que desciende a fin de presentarnos la escena que tiene lugar en el ámbito terrenal: los desposorios de la Virgen y San José. Es precisamente el encuentro de manos entre los contrayentes el elemento que sella esa línea vertical, con gran peso simbólico pues es el lazo familiar que acogerá al Hijo de Dios. En este caso se concede a San José singular protagonismo; destaca su presencia a la diestra del oficiante, portando su vara florida, una dimensión propia de la iconografía de la Contrarreforma, a ello se suma el hecho de ser el santo titular del convento al cual iba destinada esta obra. La figura de espaldas en la parte inferior contribuye eficazmente a la construcción espacial; se dispone prácticamente saliendo del marco, e introduce al espectador en la escena. Tanto la composición como el tratamiento lumínico, recuerdan los modelos italianos, que Pereda asimiló por su contacto con las colecciones cortesanas.

Bibliografía
Responsable de la ficha
María José Martínez Ruiz
Cómo citar

María José Martínez Ruiz, "Los desposorios de la Virgen con San José" en Nostra et Mundi. Patrimonio Cultural de Castilla y León en el mundo, Fundación Castilla y León, 2025. https://inventario.nostraetmundi.com/es/obra/258