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Título

Episodios de la historia del Hijo pródigo. Tapiz procedente de la catedral de Palencia

Clasificación genérica
Textil
Objeto
Tapiz
Datación
1515-1520
Siglo
Primera mitad del s. XVI
Contexto cultural / estilo
Tapices flamencos
Dimensiones
411 x 650 cm
Materia
Lana, Seda
Técnica
Tejido
Iconografía / Tema
Vicios y virtudes
Procedencia
Catedral de Palencia (Palencia, España)
Emplazamiento actual
Musées royaux des Beaux-Arts, Bélgica (Bruselas, Bélgica)
Número de inventario en colección actual
9922
Historia del objeto

En 18 de marzo de 1519 reunidos los canónigos de la catedral de Palencia “los dichos señores mandaron que de la hizienda de la obra el señor tesorero y obreros comprasen hasta dozientas y quarenta anas de la tapiçerçia que les paresçiese para la dicha iglesia por la falta y neçesidad que della avía”, documentación contenida en las actas capitulares conservadas en el Archivo de la catedral de Palencia. Según se declara el templo tenía escasez de paños y, atendiendo a que su posesión aportaba magnificencia, querían adquirirlos. Teniendo en cuenta que una vara castellana tiene 1,2 anas flamencas (“çinco varas de Castilla por seys anas de Flandes”, según los documentos en el Archivo General de Simancas), y que una vara, tres pies, son 835,905 mm, se trataba de unos cien metros cuadrados de tapicería.

En la disposición no se precisa cuántos tapices se debían adquirir, aunque por las dimensiones que tenían, unas sesenta anas cada uno (alrededor de veinticinco metros cuadrados), parece que ya habían decidido que iban a comprar cuatro paños. Esto debió ser así porque en 1524 se anota que había “quatro tapices grandes nuevos buenos de LX anas de ras”, que representaban la historia de los Vicios y las Virtudes. Dado el tiempo que llevaba manufacturar un paño, es más que probable que no se encargara su hechura, sino que se adquirieran a algún mercader, quizás en la importante Feria de Medina del Campo, y de ahí que antes de que transcurriesen cinco años desde el acuerdo de compra, se documenten en la catedral.

Desconocemos cuánto costaron, pero por su tamaño debieron importar una considerable suma. No obstante, quince años después de su adquisición, el que fuera obispo de Palencia, Juan Rodríguez de Fonseca, falleció como obispo de Burgos, y dejó a su última sede y a la de Palencia sendos conjuntos de cuatro paños cada uno. Los del obispo Fonseca eran de mayor tamaño “quatro tapices grandes de ochenta anas” y en 1624 se inventariaban como de “historias del Testamento Viejo y Nuevo”.

Los paños comprados según el acuerdo de 1519, aunque carecen de marcas por su estilo se manufacturaron en Bruselas en torno a 1515. Tras su ingreso en la catedral de Palencia, debieron seguir colgados en la catedral, aunque no hay datos que permitan conocer dónde, pues seguían cumpliendo su cometido de dar magnificencia, mientras que los cuatro donados por el obispo Fonseca se colocaron en la sala capitular, donde permanecen en la actualidad.

En las primeras décadas del siglo XX el tráfico de obras de arte españolas fue considerable. Sin una ley que protegiera el patrimonio cada propietario hacía lo que consideraba y si por su venta se sacaban jugosos beneficios no se tenían reparos en deshacerse de las piezas. En el caso de los tapices de la catedral de Palencia parece que el primer interesado fue Lionel Harris (1862-1943), fundador de The Spanish Art Gallery (Londres), uno de los principales anticuarios internacionales de obras de arte procedentes de España. Harris estuvo tras los paños que atesoraba la catedral de Burgos, especialmente de los cuatro que había donado Juan Rodríguez de Fonseca, dos de los cuales acabaron vendiéndose, si bien no a Harris, y ahora están el Metropolitan Museum of Art de Nueva York.

También Harris había mostrado su interés por los tapices de la catedral de Palencia, aunque finalmente los adquirió el marchante Arthur Byne (1884-1935) para el magnate norteamericano William R. Hearst. Byne, en 1928, llamaba la atención sobre los paños flamencos del templo, y parece que trató entonces con el secretario de cámara del obispado. Tres años más tarde recibió una carta del deán de la catedral en la cual le ofrecía cuatro paños: “1931. Dean of Palencia offered set of four Gothic tapestries by letter to S. A. G. Asked 120.000 ptas each. Bought By Hearst”. (Archivo José A. Buces, Libros Lionel y Tomás Harris, Libro II, Palencia).

Sin embargo, la transacción se estaba haciendo en secreto, pues mientras que el deán de la catedral negociaba su enajenación, tal circunstancia fue negada por el representante capitular, Matías Vielva presente en la sesión de la Comisión Provincial de Monumentos de Palencia, donde se debatió acerca del rumor que circulaba en torno a la posibilidad de que el cabildo estuviera en tratos para vender varios tapices. Vielva afirmó que los canónigos tan sólo deseaban conocer el valor de los paños, pero en ningún caso venderlos. No era cierto, pues los cuatro tapices acabaron vendiéndose a Arthur Byne, que se los adjudicó a Hearst. Este pagó por ellos por 112 500 dólares, cantidad que satisfizo en dos desembolsos dirigidos a Byne, el primero de marzo y el 17 de de septiembre de 1935, cantidad a la que hay que sumar los gastos derivados de su exportación: 114 665,53 dólares. (Archivo Hearst en C. W. Post Center). La venta fue consumada sin que la Dirección General de Bellas Artes tuviese noticia del ella hasta que los tapices estuvieron fuera de España.

Byne convenció a Hearst para que comprara los paños con un argumento que era falso, aunque quizás el marchante no lo sabía. Había cierta confusión entre los cuatro paños que siguen en la catedral y estos por determinar su procedencia. Byne argumentó que eran los que había regalado el obispo Fonseca, cuando en realidad no era así, pues son los que se exponen en la sala capitular en la actualidad; sim embargo, ambas colgaduras estaban manufacturadas en Flandes en la misma época, segunda década del siglo XVI, y tenían temática parecida: los que adquirió Hearst muestran la lucha entre los Vicios y las Virtudes y los que permanecen en la catedral de Palencia formaban parte de una serie que aunque en el inventario del siglo XVII se denominaba del Antiguo y Nuevo Testamento, en realidad muestran la historia de la Redención del Hombre; los conservados en Palencia son los Vicios conducen al Hombre al pecado, Cristo Salvador como Niño, las Virtudes desafían a los Vicios cuando Cristo comienza su ministerio y Cristo asciende al Cielo y el Hombre se redime ante Dios, que son los números 2, 5, 6 y 9 de la serie de diez paños que perteneció a Juan Rodríguez de Fonseca.

Esta temática de vicios o pecados y virtudes se hizo muy popular en la tapicería flamenca desde finales del siglo XV. Basada en la literatura devota francesa y alemana, con autores muy influyentes como Bernardo de Claraval o Ludolfo de Sajonia, la representación del Hombre pecador y su caída en desgracia hasta la redención gracias a la llegada de Jesucristo, con el triunfo final de la Virtudes, se repitió muchas veces aunque con diferencias. Estas se basan en el interés por la variedad de los comerciantes para así poder encontrar mayor número de compradores, lo que les llevaba a introducir o eliminar personajes de los cartones originales, pero también a las exigencias de los clientes que con frecuencia querían agrandar, o reducir, una serie, con lo que había que reordenar las escenas.

Desde un punto de vista formal, los paños de Vicios y Virtudes no se diferencian de la estética medieval, que pasaba por reunir en un mismo paño muchos personajes y diferentes episodios. No obstante, hay una disimilitud entre los tapìces del siglo XV y estos de comienzos del XVI por la incorporación de una cenefa, habitualmente con representación de elementos vegetales. Los paños de la catedral de Palencia comprados por Hearst fueron subastados tras la debacle de su imperio. En uno de los catálogos de venta de la colección del magnate, editado por Gimbel’s en 1941, aparecen los cuatro tapices procedentes de Palencia (Art objects an Furnishings from the William Randolph Hearst Collection. Presented by Gimbel Brothers New York in cooperation with Saks Fifth Avenue. Under the Direction of Hammer Galleries, New York, 1941, numbers 1203-4, p. 84). Poco después, en 1943, fueron adjudicados a French & Co. de Nueva York por 17.250 dólares, un precio muy por debajo del que Hearst había pagado años atrás. En 1964 fueron adquiridos por los Musées Royaux d'Art et d’Histoire (Musée du Cinquantenaire) de Bruselas, con lo que se cierra el periplo de estos tapices que manufacturados en Bruselas pasaron a la catedral de Palencia, para viajar a los EE. UU. y por último regresar a Bruselas.

Descripción

Episodios de la vida del Hijo pródigo

Una de las parábolas evangélicas más conocidas en la del Hijo pródigo (Lucas 15, 11-32), que se trasladó a tapices de los que se conservan diferentes ejemplares La interpretación es diversa, pues parece que Cristo en estas y otras parábolas rechaza la crítica de aquellos que consideraban que no debía mezclarse con pecadores. En el relato, el padre termina por alegrarse de que su hijo regrese a casa. Había exigido la parte de la hacienda que le correspondía y la había gastado en una vida disoluta. Cuando consumió sus caudales se vio obligado a trabajar como porquero y ante semejante humillación decidió regresar a casa por ver si su padre le admitía, aunque fuese como peón, y así poder comer. La actitud del padre es totalmente diferente, pues apenas sabe que su hijo ha llegado, ordena que se le atavíe con el mejor vestido y calzado y que se matase un ternero para festejar el acontecimiento. Esto fue censurado por el hijo mayor, pues él nunca había exigido nada, pero el padre le contestó “¡Hijo! ¡Tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo! Mas convenía festejar y alegrarse, porque tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado”.

Representaciones habituales del Hijo pródigo lo muestran en tres secuencias principales: cuando feliz se pierde en los placeres sensuales, cuando se ve obligado a cuidar cerdos una vez arruinado, o cuando es recibido por su padre al regresar a casa. Sin embargo, en este tapiz, a pesar del tamaño y de incluir diferentes escenas, solo se hace referencia a la vida depravada. En el centro de la composición el Hijo pródigo aparece sentado junto a un bella joven, mientras que otra no menos bella le coge por la espalda. Frente al grupo un arca de considerable tamaño muestra las riquezas del personaje. Mientras estas duraron no tuvo problemas para rodearse de gente, fundamentalmente mujeres, como se puede ver en las diferentes escenas en el tapiz. Pero cuando el dinero se terminó es repudiado, como se aprecia en el grupo colocado en la esquina inferior derecha, donde dos mujeres gesticulan apartándolo.

Evidentemente, el paño muestra los vicios, los pecados, en los que el Hijo pródigo cayó en tanto que rico y despreocupado. La soberbia que le llevó a exigir su legítima le condujo a la lujuria, dos vicios que se consideraban detestables. Podría perfectamente haberse incluido la escena del regreso a casa, compungido y perdonado por el padre que se alegra porque “estaba perdido, y ha sido hallado”, de manera que el arrepentimiento y la misericordia recuperan a un pecador. No obstante, esto parece exponerse en el tapiz anterior y en el último de la serie, que muestran la salvación en el juicio por la misericordia de Jesucristo.

Este paño se complementa con el último, las virtudes interceden por el Hombre, o el segundo proceso de paraíso.

* La localización relativa a marchantes, anticuarios, galerías de arte y coleccionistas, nos lleva al emplazamiento donde se hallaban radicados, o bien donde tuvieron una de sus principales sedes, esto no siempre indica que cada una de las obras que pasaron por sus manos estuviera concretamente en tal lugar, pues en el caso de anticuarios y marchantes su negocio extendía sus redes en diversos territorios; en ocasiones tan solo compraban en origen y remitían directamente la pieza a sus clientes. Por otro lado, algunos coleccionistas contaron con distintas residencias en las que albergaron su colección, a veces en distintos países; es difícil, en muchos casos, precisar dónde preservaron la obra mientras estuvo en sus manos, de ahí que se señale el emplazamiento principal del anticuario o del coleccionista. Circunstancias que han de ser tenidas en cuenta al interpretar el mapa. Véase en cada caso la historia del objeto.
Bibliografía
Cómo citar

Miguel Ángel Zalama y María José Martínez Ruiz, "Episodios de la historia del Hijo pródigo. Tapiz procedente de la catedral de Palencia" en Nostra et Mundi. Patrimonio Cultural de Castilla y León en el mundo, Fundación Castilla y León, 2025. https://inventario.nostraetmundi.com/es/obra/262