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Título

Biblia

Clasificación genérica
Manuscritos e iluminaciones
Datación
ca. 985
Siglo
Finales del s. X
Contexto cultural / estilo
Visigótico
Dimensiones
36,6 × 27 cm
Técnica
Iluminación
Iconografía / Tema
Liturgia
Procedencia
Monasterio de Santo Domingo de Silos (Santo Domingo de Silos, Burgos, España)
Emplazamiento actual
The Princes Czartoryski Library (Cracovia, Polonia)
Número de inventario en colección actual
MS 3118
Historia del objeto

El origen de la biblioteca del monasterio de San Sebastián de Silos, posteriormente llamado Santo Domingo de Silos, se encuentra en la reconstrucción que llevó a cabo el conde castellano Fernán González a mediados del siglo X. En el año 954 el conde donó numerosas tierras y posesiones al monasterio, además de algunos libros relevantes para el culto (Senra, 2002). No obstante, el auge del mismo tuvo lugar con el abad Domingo Manso, quien había sido monje de San Millán de la Cogolla. En 1041 Fernando I le puso al frente de San Sebastián de Silos y bajo su mandato el conjunto monástico creció considerablemente. La biblioteca aumentó gracias a las donaciones que recibieron y a las producciones del propio scriptorium (Castro, 2020), logrando su máximo apogeo a finales del siglo XI y principios del XII (Sánchez Mariana, 1984; Boylan, 1992).

Precisamente, esta Biblia es uno de los volúmenes que se confeccionaron en el siglo X (Férotin, 1912; Vivancos, 2007). La biblioteca silense sufrió grandes pérdidas a lo largo de su historia, como este ejemplar. Rodrigo Echevarría, último abad del monasterio antes de la exclaustración de 1835, se encargó de conservar celosamente los manuscritos que aún se atesoraban en Silos. Según Besse (1897), se trataba de un hombre “d’une prudence et d’une fermeté peu comunes, unies à un savoir étendu, à une grande connaissance du monde et à des manières nobles et distinguées”. No cabe duda de que su decisión por proteger los manuscritos ayudó a que estos no se dispersasen en un primer momento. Sin embargo, la suerte de estos cambió cuando le nombraron obispo de Segovia en 1857. Echevarría tuvo que abandonar el monasterio, produciéndose a partir de entonces el ocaso de los códices.

Anastasio Rodrigo y Yusto, arzobispo de Burgos, se quedó impresionado al visitar el Monasterio de Santo Domingo de Silos. Su estado ruinoso le llevó a hacer un llamamiento a los antiguos monjes de la abadía. Fue en ese momento cuando intervino Sebastián Fernández, uno de los monjes exclaustrados y vicario de la iglesia de San Martín (Madrid). Aunque era el responsable de proteger los manuscritos la capital, no supo apreciar el valor que realmente tenían, lo que hizo que se pusiese en contacto en Madrid con un marqués “plus ou moins authentique” que trabajaba con la tía Jesusa, una mujer muy conocida por vender antigüedades (Besse, 1897; Ruiz y González de Linares, 1978). Así fue como en 1877 vendió 69 manuscritos por 16.000 pesetas, cifra que sin duda agradó al párroco.

Dicha Biblia se encontraba entre estos códices vendidos en Madrid. Fue adquirida por Antoine Bachelin-Deflorenne, un anticuario especializado en la venta de libros antiguos y raros. Aunque su tienda principal estaba ubicada en París, en el Boulevard des Capucines 10, tenía sucursales en Londres y en Madrid. Así fue como se enteró de que Sebastián Fernández vendía los manuscritos silenses. La Biblia se puso a la venta en París el 1 de junio de 1878 en el Hotel des Commissaires-Priseurs (París) y fue comprada por el príncipe polaco Władysław Czartoryski (Vivancos, 2007). Este había fundado en 1874 el Museo Nacional de Cracovia, el cual estaba unido a The Princes Czartoryski Library, por lo que el manuscrito pasó a engrosar sus fondos.

Descripción

Contiene los libros de los cuatro profetas mayores, los doce profetas menores y el primer y segundo libro de los Macabeos. Originalmente la Biblia estuvo dividida en tres volúmenes: el primero dedicado a los Libros Históricos, el segundo a los Sapienciales y el tercero al Nuevo Testamento (Vivancos, 2007). Si bien el manuscrito procede del Monasterio de Santo Domingo de Silos, lo más probable es que no hubiese sido escrito allí. Consta de 216 folios divididos en dos columnas de 37 líneas. Vivancos (2007) considera que participaron varios amanuenses en el códice, aunque la mayor parte fue elaborado por el mismo escriba.

Ubicaciones
* La localización relativa a marchantes, anticuarios, galerías de arte y coleccionistas, nos lleva al emplazamiento donde se hallaban radicados, o bien donde tuvieron una de sus principales sedes, esto no siempre indica que cada una de las obras que pasaron por sus manos estuviera concretamente en tal lugar, pues en el caso de anticuarios y marchantes su negocio extendía sus redes en diversos territorios; en ocasiones tan solo compraban en origen y remitían directamente la pieza a sus clientes. Por otro lado, algunos coleccionistas contaron con distintas residencias en las que albergaron su colección, a veces en distintos países; es difícil, en muchos casos, precisar dónde preservaron la obra mientras estuvo en sus manos, de ahí que se señale el emplazamiento principal del anticuario o del coleccionista. Circunstancias que han de ser tenidas en cuenta al interpretar el mapa. Véase en cada caso la historia del objeto.
Bibliografía
Responsable de la ficha
Isabel Escalera Fernández
Cómo citar

Isabel Escalera Fernández, "Biblia" en Nostra et Mundi. Patrimonio Cultural de Castilla y León en el mundo, Fundación Castilla y León, 2025. https://inventario.nostraetmundi.com/es/obra/410