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Título

Apóstol

Clasificación genérica
Eboraria
Objeto
Placa
Datación
ca. 1109-1126, reinado de Urraca I
Siglo
Primer cuarto del s. XII
Contexto cultural / estilo
Románico
Dimensiones
15,7 cm
Materia
Marfil
Iconografía / Tema
Apóstol
Procedencia
León (León, España)
Emplazamiento actual
Glencairn Museum (Filadelfia, Estados Unidos)
Número de inventario en colección actual
O4.CR.39
Historia del objeto

Esta pieza ebúrnea representa la imagen de un apóstol que, ante la ausencia de atributos e inscripción resulta difícil de identificar con más exactitud. Indudablemente, por su factura, técnica y rasgos estilísticos, la talla debe relacionarse con el mismo taller que labró la pieza custodiada en el Glencairn Museum (Bryn Athyn, Philadelphia), signatura O4.CR.40, con la efigie del apóstol san Pedro sujetando la doble llave.

La historia del objeto se ha conocido con más detalle tras las publicaciones recientes, donde se señala que un registro (fechado el 15 de noviembre del año 1936) de las antigüedades propiedad de Raymond Pitcairn (1885-1966) -el magnate estadounidense y coleccionista del arte antiguo y medieval- ya cita la entrada de un “Christ in Majesty”, que es la pieza que aquí tratamos.

La documentación nunca aclara el origen de la pieza, pero sí indica que procedía del mercader Demotte (París).

Las cartas y misivas custodiadas en el archivo del museo estadounidense, datadas entre los días 14 de octubre y el 2 de noviembre del año 1928,  fruto del intercambio epistolar realizado entre el estudioso Walter W. S. Cook y el magnate Pitcairn, reflejan que por entonces la obra se databa en el siglo XI y siempre se ligó al san Pedro con doble llave.

El Museo conserva, además, la copia de la factura de compra de la obra: datada el 15 de noviembre de 1926, donde se confirma que Raymond Pitcairn lo compró a la colección Demotte, pero ahora en este nuevo documento ya se data la pieza en el siglo XII y se especifica que se pagaron 4.500 dólares por ella.

Por otra parte, también sabemos que diversas cartas del archivo del Museo Glencairn, fechadas en el año 1954, mencionaban algunas de las piezas que estarían presentes en una exposición que se preparaba en The Cloisters sobre arte medieval hispano y, en una de esas misivas, Richard Randall se dirigía a Raymond Pitcairn diciendo que tanto el marfil que nos ocupa como el san Pedro eran magníficos y se asemejaban “a otra placa de buena calidad en la Colección de John Nicholas Brown” (hoy conservada en RISD Museum (Rhode Island School of Design), Providence, inventario 2014.110).

En conclusión las fuentes documentales son escasas y no aportan los datos completos del periplo total de nuestra presea pero sí aseguran que este apóstol de marfil se hallaba en la colección Demotte de París, al menos hasta 1926, cuando fue comprado por Raymond Pitcairn. Todos los expertos y fuentes insisten en considerar la talla como una pieza producida por la escuela leonesa de marfiles (Álvarez da Silva, 2013).

Descripción

Las investigaciones han descrito con minuciosidad esta pieza, que mide 15,7 centímetros de altura, y que no conserva ningún atributo o rasgo distintivo, más allá del códice que porta en sus manos (Álvarez da Silva, 2013; 2014). Ello, sumado a la ausencia de un titulus o epígrafe, hacen bien difícil su identificación. La irregularidad de la silueta, posiblemente porque el marfil fue cortado, se percibe especialmente en la parte izquierda superior. De nuevo parece posible que la placa fuera más amplia y que se recortarse en el momento de la extracción del alma de madera (aún es visible el agujero para el clavo que permitiría adherir la obra a la estructura lígnea, bajo el nimbo, en la parte derecha).

Se podría elucubrar que el objeto litúrgico al que perteneció este marfil, maltrecho o en malas condiciones, fue despiezado para su venta. No sabemos desde luego si las piezas de ebúrneas eran mayores, si podrían tener arquitecturas que cobijarían a las efigies, siguiendo el modelo de los marfiles de la arqueta de san Pelayo, hoy en el Museo de la Real Colegiata de San Isidoro y datada en el año 1059. Tampoco podemos confirmar si la superficie de madera a la que se adhería este apóstol fue cubierta con una red de filigrana de oro, como sí sabemos que ocurría el citado relicario.

Es significativa la forma con la que fue labrado el cabello, a modo de casquete, cuyos mechones caen sobre la frente y se enroscan en las puntas. La figura posee barba, que se trabajó mediante mechones. Posiblemente los ojos albergaron incrustaciones hoy perdidas.

De nuevo el maestro refleja su buen hacer y maestría en el tratamiento del drapeado, sello y marca del taller legionense en las primeras décadas de la duodécima centuria, con gusto por el esmero en los remates y orofreses. Usó el zigzag en el borde de la túnica, a la altura del cuello, al igual que se observa en el san Pedro conservado en esta misma colección Glencairn. Un rasgo y sello propio es el uso de hondas en los textiles sobre el pecho, así como el perlado, exquisitamente labrado. Las telas caen hasta las rodillas, arremolinándose y rematando de nuevo en zigzag, una solución personal del taller.

La figura porta el libro en la mano derecha, velada, dato que, junto con la ausencia de la cruz en el nimbo, ha hecho pensar podría tratarse de un apóstol. No obstante, no debemos descartar que la cruz estuviese, en origen, pintada o perfilada con pan de oro aplicado sobre el marfil, técnica que, sabemos, se usó frecuentemente en este taller.

En el lado derecho de la pieza aún se observan los restos de un trono y del cojín, trabajado y ornado con líneas paralelas, mientras que los pies descansan sobre un escabel semicircular, una estructura que, aquí muy simplificada, recuerda las soluciones del mueble y la mandorla del Cristo de la placa del Museo del Louvre (signatura OA 5017). Debemos recordar que  los estudiosos de principios del siglo XX, al contrario de lo que se piensa hoy, vieron en esta figura una Maiestas.

Ubicaciones
* La localización relativa a marchantes, anticuarios, galerías de arte y coleccionistas, nos lleva al emplazamiento donde se hallaban radicados, o bien donde tuvieron una de sus principales sedes, esto no siempre indica que cada una de las obras que pasaron por sus manos estuviera concretamente en tal lugar, pues en el caso de anticuarios y marchantes su negocio extendía sus redes en diversos territorios; en ocasiones tan solo compraban en origen y remitían directamente la pieza a sus clientes. Por otro lado, algunos coleccionistas contaron con distintas residencias en las que albergaron su colección, a veces en distintos países; es difícil, en muchos casos, precisar dónde preservaron la obra mientras estuvo en sus manos, de ahí que se señale el emplazamiento principal del anticuario o del coleccionista. Circunstancias que han de ser tenidas en cuenta al interpretar el mapa. Véase en cada caso la historia del objeto.
Responsable de la ficha
José Alberto Moráis Morán
Cómo citar

José Alberto Moráis Morán, "Apóstol" en Nostra et Mundi. Patrimonio Cultural de Castilla y León en el mundo, Fundación Castilla y León, 2025. https://inventario.nostraetmundi.com/es/obra/451