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Título

Paneles procedentes de la tumba de don Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque, procedentes de San Francisco de Cuéllar

Clasificación genérica
Escultura
Objeto
Escultura
Datación
1498
Siglo
Finales del s. XV
Contexto cultural / estilo
Castilla. Renacimiento
Dimensiones
86,4 x 132,1 cm.
Materia
Alabastro
Técnica
Tallado
Procedencia
Convento de San Francisco, Cuéllar (Cuéllar, Segovia, España)
Número de inventario en colección actual
14.001
Historia del objeto

El rico conjunto funerario del I Duque de Alburquerque y su familia en la iglesia conventual de San Francisco de Cuéllar, se halla disperso en diversas instituciones, nacionales e internacionales. Estos paneles proceden de la tumba de Beltrán de la Cueva, I duque de Alburquerque, cuyo enterramiento se hallaba junto con el de su primera y tercera esposa, frente al altar mayor del templo. En la Hispanic Society of America, Nueva York, se preservan las tumbas murales del obispo don Gutierre de la Cueva (m. 1469), hermano de Beltrán de la Cueva (m. 1492), y la de doña Mencía Enríquez de Toledo (m. 1479), segunda esposa del duque; fueron adquiridas por Archer Milton Huntington al anticuario británico Lionel Harris.

Cuando Harris, fundador de la galería de antigüedades londinense The Spanish Art Gallery, compró dichas tumbas, el monasterio llevaba largo tiempo sumido en un progresivo deterioro. Primero fue la invasión francesa y Guerra de la Independencia, periodo en el cual perecieron la sillería del coro y otras obras del templo, empleadas como leña por parte de las tropas francesas. Tras la desamortización eclesiástica de 1835 el monasterio, patronato del duque de Alburquerque, era de especial estima para la villa de Cuéllar, razón por la cual desde el municipio se procuró bloquear la primera subasta y tratar de mantener el monumento. En todo caso, su ruina fue progresiva, en 1876 las dependencias conventuales fueron vendidas a Francisco García Minguela y la iglesia en 1886 recayó en manos del duque de Sesto, heredero del título de Alburquerque. El noble vendió a Lionel Harris las dos tumbas murales, de  Gutierre de la Cueva y Mencía Enríquez en 1905, y fueron adquiridas por Archer Milton Huntington, fundador de la Hispanic Society, en 1906 (Lenaghan, 2015). El anticuario británico hubo de fragmentar los túmulos funerarios a fin de obtener mejor producto con su venta, razón por la cual se hallan fragmentos dispersos en distintas instituciones.

Este conjunto funerario de la familia Alburquerque se hallaba aún en la cabecera del templo, cuando Harris se hizo con buena parte de este. Las tumbas de Gutierre de la Cueva y Mencía Enríquez se encontraban dispuestas en los brazos del crucero, a ambos lados del presbiterio, mientras que la tumba del I duque de Alburquerque, junto con las de Mencía de Mendoza (m. 1476) y María de Velasco (m. 1508) – su primera y tercera esposa respectivamente– conformaban un monumento funerario exento y se hallaba frente a las gradas del altar mayor. A la tumba del duque corresponderían estos fragmentos actualmente en Rhode Island

Tal venta marcó la dispersión de los túmulos funerarios de la familia Alburquerque, pues actualmente, aparte de estas placas conservadas en la Rhode Island School for Design, Providence (Rhode Island),  en la Hispanic Society of America, se preservan las tumbas de don Gutierre y doña Mencía Enríquez de Toledo. Algunos restos permanecieron en Cuéllar, y fueron rescatados durante el desescombro de la nave de la iglesia por la Escuela Taller que allí trabajó, otros se hallan repartidos entre el Museo de Valladolid, Museo Catedralicio de Segovia o Museo Frederic Marès de Barcelona. En este último museo se preserva un ángel tenante que hubo de formar parte del cuerpo del sepulcro de Don Beltrán de la Cueva, valido de Enrique IV de Castilla. Parece que esta pieza procedía de la colección del Duque del Infantado, donde formaba parte de una composición heráldica (Marcos Villán, 1998: 203-204). Otras piezas decorativas procedentes del complejo arquitectónico de San Francisco de Cuéllar se encuentran en el Castillo de Viñuelas (Madrid) e incluso en la reconstrucción del monasterio de Sacramenia en Miami (Florida).

El debate en torno a la autoría de este excelente conjunto funerario ha sido intenso entre los académicos. Manuel Gómez-Moreno estimó que podrían ser asignados a Vasco de la Zarza, opinión que mantuvo su hija María Elena Gómez-Moreno. Por su parte, Gilman Proske, atribuyó los túmulos a dos talleres diferentes, el primero procedente de Burgos y el segundo de Toledo. Posteriormente, en un detallado estudio sobre las tumbas de San Francisco de Cuéllar en el que rastreó las partes dispersas del mismo, Marcos Villán, dio a conocer el pago realizado en 1498 por el conjunto de las cinco efigies, si bien el documento no revelaba la autoría. El expresado investigador vio más probable el taller burgalés en la ejecución del conjunto, a la manera de Gil de Siloé, pero sin la suntuosidad de las creaciones propias de este maestro; asimismo, veía probable la intervención de Vasco de la Zarza o alguien próximo a su obra (Marcos Villán, 1998, pp. 199-220). Si bien otros estudiosos como Ruiz-Ayucar, ha mostrado dudas respecto a esta posible intervención de Vasco de la Zarza. A partir del revelador estudio de Marcos Villán, Lenaghan, en fechas más recientes, planteó la hipótesis de un proyecto realizado en dos o tres campañas, en el curso de las cuales se fueron evidenciando cambios estilísticos. En todo caso, no se ha hallado hasta la fecha documentación alguna relativa a la autoría, lo cual hace que la asignación de tales obras aún se mueva en el ámbito de las hipótesis. Este último estudio de Patrick Lenaghan ha resultado interesante no solo por recapitular toda la historia del conjunto, los debates sobre la autoría, y sus propuestas al respecto, sino también por mostrar una reconstrucción digital de cómo hubo de ser esta capilla mayor de San Francisco de Cuéllar con el conjunto funerario que hace más de un siglo abandonó su emplazamiento original (Lenaghan, 2015, pp. 379-402).

* La localización relativa a marchantes, anticuarios, galerías de arte y coleccionistas, nos lleva al emplazamiento donde se hallaban radicados, o bien donde tuvieron una de sus principales sedes, esto no siempre indica que cada una de las obras que pasaron por sus manos estuviera concretamente en tal lugar, pues en el caso de anticuarios y marchantes su negocio extendía sus redes en diversos territorios; en ocasiones tan solo compraban en origen y remitían directamente la pieza a sus clientes. Por otro lado, algunos coleccionistas contaron con distintas residencias en las que albergaron su colección, a veces en distintos países; es difícil, en muchos casos, precisar dónde preservaron la obra mientras estuvo en sus manos, de ahí que se señale el emplazamiento principal del anticuario o del coleccionista. Circunstancias que han de ser tenidas en cuenta al interpretar el mapa. Véase en cada caso la historia del objeto.
Bibliografía
Responsable de la ficha
María José Martínez Ruiz
Cómo citar

María José Martínez Ruiz, "Paneles procedentes de la tumba de don Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque, procedentes de San Francisco de Cuéllar" en Nostra et Mundi. Patrimonio Cultural de Castilla y León en el mundo, Fundación Castilla y León, 2025. https://inventario.nostraetmundi.com/es/obra/267