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Título

Antifonario de Silos

Clasificación genérica
Manuscritos e iluminaciones
Datación
1081-1088
Siglo
Último cuarto del s. XI
Contexto cultural / estilo
Romano-galicano
Dimensiones
33,5 x 24,5 cm
Técnica
Iluminación
Iconografía / Tema
Liturgia, Música
Procedencia
Monasterio de Santo Domingo de Silos (Santo Domingo de Silos, Burgos, España)
Emplazamiento actual
The British Library (Londres, Reino Unido)
Número de inventario en colección actual
Add MS 30850
Historia del objeto

El origen de la biblioteca del monasterio de San Sebastián de Silos, posteriormente llamado Santo Domingo de Silos, se encuentra en la reconstrucción que llevó a cabo el conde castellano Fernán González a mediados del siglo X. En el año 954 el conde donó numerosas tierras y posesiones al monasterio, además de algunos libros relevantes para el culto (Senra, 2002). No obstante, el auge del mismo tuvo lugar con el abad Domingo Manso, quien había sido monje de San Millán de la Cogolla. En 1041 Fernando I le puso al frente de San Sebastián de Silos y bajo su mandato el conjunto monástico creció considerablemente. La biblioteca aumentó gracias a las donaciones que recibieron y a las producciones del propio scriptorium (Castro, 2020), logrando su máximo apogeo a finales del siglo XI y principios del XII (Sánchez Mariana, 1984; Boylan, 1992).

Precisamente, este Antifonario fue uno de los volúmenes que se confeccionaron entre 1081-1088 (Fernández de la Cuesta, 1985). Aunque originalmente se pensaba que era mozárabe, lo cierto es que el códice es romano-galicano (Férotin, 1897). La biblioteca silense sufrió grandes pérdidas a lo largo de su historia, como este ejemplar. Rodrigo Echevarría, último abad del monasterio antes de la exclaustración de 1835, se encargó de conservar celosamente los manuscritos que aún se atesoraban en Silos. Según Besse (1897), se trataba de un hombre “d’une prudence et d’une fermeté peu comunes, unies à un savoir étendu, à une grande connaissance du monde et à des manières nobles et distinguées”. No cabe duda de que su decisión por proteger los manuscritos ayudó a que estos no se dispersasen en un primer momento. Sin embargo, la suerte de estos cambió cuando le nombraron obispo de Segovia en 1857. Echevarría tuvo que abandonar el monasterio, produciéndose a partir de entonces el ocaso de los códices.

Anastasio Rodrigo y Yusto, arzobispo de Burgos, se quedó impresionado al visitar el Monasterio de Santo Domingo de Silos. Su estado ruinoso le llevó a hacer un llamamiento a los antiguos monjes de la abadía. Fue en ese momento cuando intervino Sebastián Fernández, uno de los monjes exclaustrados y vicario de la iglesia de San Martín (Madrid). Aunque era el responsable de proteger los manuscritos la capital, no supo apreciar el valor que realmente tenían, lo que hizo que se pusiese en contacto en Madrid con un marqués “plus ou moins authentique” que trabajaba con la tía Jesusa, una mujer muy conocida por vender antigüedades (Besse, 1897; Ruiz y González de Linares, 1978). Así fue como en 1877 vendió 69 manuscritos por 16.000 pesetas, cifra que sin duda agradó al párroco.

El Antifonario se encontraba entre estos códices vendidos en Madrid. Un año más tarde, aparecía en el número 17 del Catalogue de libres rares parmi lesquels on remarque la Bible Mazarine premier livre imprimé par Gutenberg et des manuscrits du XIe au XVIIIe siècle rédigé par M. Bachelin-Deflorenne citado de la siguiente forma:

Breviarium cum oficio propio S. P. Nri Dominici Silencis. Manuscrit du XIe siècle. Petit in-fol., reliure à ais de bois recouv. de peau de mouton.

Manuscrit sur vélin, très-précieux au double point de vue de la musique de neumes qui remplit le volumen, et des grandes lettres ornées qui ornent les têtes de chapire. Ces letrres, d’une ornamentation riche et varié, sont composées d’entrelacs et de treillis dont les extrémités se terminent en general par des têtes d’animaux fantastiques […].

No resulta extraño que el volumen terminase en manos de Antoine Bachelin-Deflorenne, puesto que era un anticuario especializado en la venta de libros antiguos y raros. Aunque su tienda principal estaba ubicada en París, en el Boulevard des Capucines 10, tenía sucursales en Londres y en Madrid. Así fue como se enteró de que Sebastián Fernández vendía los manuscritos silenses. El Antifonario se puso a la venta en París el 1 de junio de 1878 en el Hotel des Commissaires-Priseurs (París) y fue comprado el día 15 por Bernard Quaritch (Fernández de la Cuesta, 1985), un librero alemán que se había establecido en Londres. Este adquirió el Antifonario por 1750 francos (Whitehill, 1976) para el British Museum. En el Catalogue of Additions to the Manuscripts in the British Museum in the Years 1876-1881 aparece mencionado de la siguiente manera:

Mozarabic Antiphonal for the year, with musical notation throughout. Latin. Vellum; ff. 241. In Visigothic characters, finely written, with large coloured initials of interlaced and other patterns. XIth cent. Quarto.

Finalmente, en 1973 el Antifonario pasó a engrosar los fondos de la British Library (Londres), conservándose allí en la actualidad.

Descripción

Un Antifonario es un libro litúrgico que reúne antífonas para ser cantadas a lo largo del año. Este códice consta de 243 folios: 241 de pergamino y 2 de papel. Está dividido en XVIII cuadernillos, aunque es posible que originalmente hubiese alguno más dado que a partir del folio 170 se corta abruptamente. El Antifonario sigue el rito galorromano, pero también cuenta con fórmulas del rito hispánico (Fernández de la Cuesta, 1985).

Ubicaciones
* La localización relativa a marchantes, anticuarios, galerías de arte y coleccionistas, nos lleva al emplazamiento donde se hallaban radicados, o bien donde tuvieron una de sus principales sedes, esto no siempre indica que cada una de las obras que pasaron por sus manos estuviera concretamente en tal lugar, pues en el caso de anticuarios y marchantes su negocio extendía sus redes en diversos territorios; en ocasiones tan solo compraban en origen y remitían directamente la pieza a sus clientes. Por otro lado, algunos coleccionistas contaron con distintas residencias en las que albergaron su colección, a veces en distintos países; es difícil, en muchos casos, precisar dónde preservaron la obra mientras estuvo en sus manos, de ahí que se señale el emplazamiento principal del anticuario o del coleccionista. Circunstancias que han de ser tenidas en cuenta al interpretar el mapa. Véase en cada caso la historia del objeto.
Bibliografía
Responsable de la ficha
Isabel Escalera Fernández
Cómo citar

Isabel Escalera Fernández, "Antifonario de Silos" en Nostra et Mundi. Patrimonio Cultural de Castilla y León en el mundo, Fundación Castilla y León, 2025. https://inventario.nostraetmundi.com/es/obra/398